-Al menos 80 cámaras de C4 fueron atacadas a balazos; SSPE confirma una madrugada violenta por destrucción de cámaras de videovigilancia-
Culiacán, Sinaloa.- La madrugada de este lunes, alrededor de 80 cámaras de videovigilancia instaladas en diferentes puntos de Culiacán fueron destruidas a balazos en un ataque coordinado que generó pánico en la ciudad. La Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) confirmó que los disparos reportados durante la noche tuvieron como objetivo estos equipos, esenciales para la seguridad pública.
El evento comenzó a las 2:23 de la madrugada, cuando vecinos de varias colonias de Culiacán reportaron detonaciones al número de emergencias 911. En un comunicado emitido al amanecer, la SSPE informó que se recibieron 31 reportes de disparos, confirmando que las cámaras del sistema de videovigilancia C4 fueron el blanco del ataque.
Aunque las autoridades no han precisado el número exacto de equipos dañados, informes extraoficiales indican que al menos 80 cámaras, entre fijas y de tecnología “ojo”, fueron vandalizadas. La magnitud del evento ha sido comparada por los residentes con la atmósfera de los festejos de Año Nuevo, por la intensidad y la simultaneidad de las detonaciones.
La destrucción de cámaras de videovigilancia representa un grave golpe a la infraestructura de seguridad en Culiacán. Estos equipos son utilizados para monitorear puntos estratégicos de la ciudad, lo que ha llevado a una creciente preocupación entre los ciudadanos. Expertos señalan que la pérdida de estas herramientas debilita la capacidad de respuesta de las autoridades y deja a la población en una posición más vulnerable ante posibles actos delictivos.
Hasta el momento, las autoridades no han dado detalles sobre los posibles responsables del ataque ni han confirmado si se trata de un acto coordinado por el crimen organizado. Sin embargo, la SSPE aseguró que ya se encuentran trabajando en las investigaciones para determinar el origen de los ataques y garantizar la reparación de los daños.
El ataque a las cámaras de videovigilancia no solo deja en evidencia la vulnerabilidad de la infraestructura tecnológica en la ciudad, sino que también plantea interrogantes sobre el nivel de organización y las intenciones detrás de este evento, que ha sembrado temor entre los habitantes de Culiacán.